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MENTALMENTE FUERTE -  Freddy Sandoval

MENTALMENTE FUERTE (eBook)

7 PASOS PARA SER TU MEJOR VERSION
eBook Download: EPUB
2021 | 1. Auflage
244 Seiten
Bookbaby (Verlag)
978-1-0983-7401-3 (ISBN)
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Todos tenemos una tendencia a vivir nuestras vidas atrapados en nuestras propias mentes, aceptando que no somos felices y no buscamos la manera de mejorar la situación. 'Mentalmente Fuerte' te empujara y te llevara a tomar la decision de romper tus bloqueos mentales y transformara la manera en la que piensas. Este libro presenta estrategias paso-a-paso que te retaran a construir fuerte habitos mentales y abrira tus ojos a un mundo nuevo de posibilidades. Freddy Sandoval, MM HR., es el fundador y Director Ejecutivo de The Choice to Believe. Es reconocido internacionalmente como uno delos mejores entrenadores mentales, por transformar la mentalidad de las personas. Su filosofía se enfoca en la responsabilidad individual de aprender, crecer, y mejorar.
Todos tenemos una tendencia a vivir nuestras vidas atrapados en nuestras propias mentes, aceptando que no somos felices y no buscamos la manera de mejorar la situación. "Mentalmente Fuerte" te empujara y te llevara a tomar la decision de romper tus bloqueos mentales y transformara la manera en la que piensas. Este libro presenta estrategias paso-a-paso que te retaran a construir fuerte habitos mentales y abrira tus ojos a un mundo nuevo de posibilidades. Freddy Sandoval, MM HR., es el fundador y Director Ejecutivo de The Choice to Believe. Es reconocido internacionalmente como uno delos mejores entrenadores mentales, por transformar la mentalidad de las personas. Su filosofía se enfoca en la responsabilidad individual de aprender, crecer, y mejorar.

Prólogo

Desde que tengo memoria, una de mis metas siempre fue ser jugador profesional de béisbol. Habiendo nacido y crecido en México, yo quería jugar en las Ligas Mayores en Estados Unidos, un logro que muy pocos jugadores mexicanos han podido alcanzar. Para conseguir esta increíble y loca meta, sabía que tenía que comprometerme, dedicarme y tener pasión para empujarme más allá de mis límites. También sabía que tenía que sacrificar muchas otras cosas como el tiempo con mi familia y las relaciones con mis amigos. Sin embargo, por mucho tiempo, mi vida y mis acciones no estuvieron sincronizadas con mis metas, y durante un tiempo, al principio de mi carrera, mis sueños se estaban empezando a descarrilar. El haber tenido una plática honesta con un amigo me ayudó a regresar al camino correcto y finalmente empezar a hacer lo que tenía que hacer, sin excusas.

Le debo muchísimo a esta persona porque con una simple conversación, me abrió los ojos, y mi vida cambió completamente para bien. Esa conversación me llevó a empezar a tomar mejores decisiones, y fue gracias a que decidí tomar acción que ahora vivo la vida que siempre quise tener.

Conozco a Adrián González desde que éramos niños. Nos conocimos cuando teníamos solamente 4 o 5 años y jugábamos béisbol en los campos de la Liga Municipal de Tijuana. Aunque nunca fuimos compañeros de equipo, tuvimos la oportunidad de jugar juntos en selecciones y Juegos de Estrellas a través de los años. Desde ese entonces, hemos tenido un buena amistad, pero nunca me di cuenta de qué tan buen amigo era hasta una noche de enero en el 2007.

En 2004, fui seleccionado de la Universidad de San Diego en el draft de Ligas Mayores en la octava ronda. Fui la selección número 233, pero mi carrera profesional no empezó ese año. Fui seleccionado en el 2004, pero no jugué ni una entrada esa temporada.

En ese año, el béisbol profesional en Estados Unidos estaba restringido en cuanto al número de visas de trabajo que los equipos podían tener para jugadores internacionales y yo no alcancé una. Esa misma temporada, los Venados de Mazatlán me tomaron con la primera selección global en el draft de jugadores de la Liga Mexicana del Pacifico, pero terminé no uniéndome al equipo ese año. Aunque había completado el primer paso hacia mi meta de jugar béisbol profesional, todavía no había jugado ni una entrada en aquella primera temporada.

El béisbol tiene un sistema único en el cual los jugadores que son seleccionados o que firman contratos de agente libre pasan por las ligas menores al comienzo de sus carreras. Es ahí donde los jugadores se desarrollan y mejoran sus habilidades con el sueño de un día llegar a jugar en Grandes Ligas.

El sistema está conformado por diferentes niveles en los que, con base en tu talento y tus habilidades, te desempeñas con la esperanza de jugar a un alto nivel de competencia, mientras al mismo tiempo tratas de mantenerte sano. La mayoría de los jugadores empiezan como Novatos, te puede tocar en República Dominicana, Arizona o Florida, que es donde están los complejos de ligas menores. No existe un periodo determinado en cuanto al tiempo que cada jugador estará en un determinado nivel ya que la directiva de la organización es quien toma las decisiones sobre tu carrera. Basándose en tu desempeño, ellos te suben, te bajan o simplemente te dan de baja.

La Liga de Novatos cuenta con dos niveles: Novatos y Novatos Avanzados. De ahí, lo que sigue es Clase A, que también consiste de dos niveles: Clase A y Clase A Avanzada. Luego, si sigues sano y estás teniendo buen desempeño de acuerdo al estándar de la gerencia, puedes ser promovido a Clase Doble A. Finalmente, el último nivel antes de llegar a las Grandes Ligas es Triple A. Como mencioné anteriormente, no existe ninguna regla en cuanto a cómo se avanza en el sistema. Muchos jugadores se han brincado niveles alcanzando otros más altos antes de lo esperado, mientras que las carreras de algunos han terminado mucho antes de lo que anticipaban.

En 2005, finalmente tuve la oportunidad de jugar mi primera temporada como jugador profesional de béisbol. Empecé jugando en Clase A, en Cedar Rapids, Iowa, donde tuve una buena temporada. Como en la vida misma, estuvo llena de altibajos, pero en general fue una gran temporada y aprendí mucho. Cuando terminó, me fui por primera vez camino a Mazatlán, México, para continuar desarrollándome como jugador. Ese mismo año, tuve la oportunidad de dar mi primer hit en la Liga Mexicana del Pacifico y también de ser parte de un equipo campeón.

En 2006, ya de regreso en los Estados Unidos, fui promovido al equipo de Clase A Avanzada, en Rancho Cucamonga, California. Ahí, tuve una temporada regular llena de lesiones y más altibajos; pero, en términos generales, fue una buena temporada. Como lo había hecho el año anterior, después de la temporada en Estados Unidos, me fui para Mazatlán a jugar béisbol invernal.

Me gusta decir que los primeros años fui a Mazatlán a jugar, pero rara vez jugué; era novato y estaba compartiendo el campo con jugadores que admiraba y que vi jugar desde que era pequeño. Aquellos primeros años en Mazatlán me sirvieron para continuar aprendiendo y seguir desarrollándome como jugador. Además de jugar un poco, fue ahí donde reconecté con mi amigo de mucho tiempo: Adrián González.

La conversación que cambió mi vida

Adrián ya estaba establecido en Grandes Ligas, en los Estados Unidos, y fue a Mazatlán a mejorar sus habilidades y continuar desarrollándose como jugador durante el invierno. Fue la primera temporada en la que empecé a jugar más regularmente en Mazatlán, pero a pesar de los números y los logros, mi más grande aprendizaje vino tras ganarle a Culiacán en las semifinales. Después del juego, el equipo entero salió a celebrar a uno de los bares locales; estábamos esperando escuchar con quién jugaríamos el campeonato de la Liga Mexicana del Pacifico.

Durante la celebración, yo estaba sentado en la mesa rodeado de los ídolos de mi infancia; entre ellos estaba Adrián González. Los jugadores de béisbol hablamos de béisbol, y esa vez estábamos especulando contra quién jugaríamos por el campeonato, entre otras cosas. La conversación nos llevó, como pasaba a menudo, a hablar sobre el juego que acabábamos de jugar. Aunque yo no jugué aquel día, le habíamos ganado a Culiacán de forma dramática, por lo que todos teníamos mucha adrenalina corriendo por nuestras venas y había muchas cosas del juego de las cuales platicar.

Antes de continuar con esta historia, déjenme decirles que Adrián es uno de los jugadores más expertos en béisbol que he conocido en mi vida y que le encanta hablar del tema.

Mientras él hablaba sobre el juego, hubo un momento en el que me miró a los ojos refiriéndose a algo que había pasado y yo estaba perdido; aunque había estado ahí, en el parque, no tenia idea de lo que estaba hablando. Adrián siguió comentando sobre el juego, y era como si yo no hubiera estado presente. Como mencioné anteriormente, yo no jugué ese día, pero tampoco recordaba nada sobre lo que había sucedido. Aunque había estado ahí físicamente, mentalmente había estado ausente. En ese momento, fue como si Adrián se hubiese dado cuenta de algo diferente en mí, y sin darnos cuenta, él y yo ya estábamos conversando por separado.

En ese momento, Adrián habló conmigo como jugador y como compañero de equipo, pero principalmente, él me habló como amigo. Adrián me hizo preguntas que nadie nunca me había hecho. Las primeras fueron sobre mí, no sobre el béisbol o sobre mi carrera. Primero me preguntó sobre cómo me estaba yendo en mi vida personal y, eventualmente, la conversación nos llevó a la manera en la que yo estaba enfrentando mi carrera de béisbol profesional.

Adrián me preguntó, “¿Haces ejercicio?”

“Mmm, sí.” Contesté.

Y luego siguió, “¿Qué tan seguido?”

“Quizás dos o tres veces por semana,” contesté sintiéndome culpable y apenado por dos razones: 1) porque sabía lo dedicado que era Adrián y 2) porque internamente, estaba decepcionado de mí mismo.

Su respuesta me sorprendió y me ayudó a cambiar la manera en la que empezaría a vivir el resto de mi vida de ese momento en adelante.

“¿Qué te pasó?” Me cuestionó Adrián, pero no era pregunta. A él le importó lo suficiente como para retarme, y honestamente, no pudo haber venido de una persona más impactante. Él continuó, “¿Qué te pasó? Si tú eras mucho mejor jugador que yo cuando éramos chicos, y ahora te la pasas de fiesta y saliendo todos los días, no le estás prestando atención a tu vida ni a tu carrera. Yo ya llegué a Grandes Ligas y tú estás en Clase A Avanzada, ¿de verdad...

Erscheint lt. Verlag 26.6.2021
Sprache spanisch
Themenwelt Sachbuch/Ratgeber Sport
ISBN-10 1-0983-7401-0 / 1098374010
ISBN-13 978-1-0983-7401-3 / 9781098374013
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