Color verde ladrón (eBook)

Patricia García-Rojo Cantón (Autor)

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2018 | 1. Auflage
160 Seiten
Ediciones SM (Verlag)
978-84-675-9614-4 (ISBN)

Infos

Un cumpleaños, un zumo que parece radiactivo, una tarta que no es de nata, un collar que no le gusta a nadie, unos testigos que no han visto nada, un ladrón que no deja pistas...Erika, Manu, Carol y Álex son los detectives de la Lupa. Sí, sí, esos, los que se reúnen en un banco que huele a salchichón. ¿Y cuál es su siguiente caso? ¡Pues el asombroso robo del collar!

Patricia García-Rojo es licenciada en Filología Hispánica y profesora de Lengua Castellana y Literatura en un instituto. En 2007 ganó el premio Andalucía Joven de Narrativa con su novela La Fábrica Creátor (Berenice), lo que le permitiría publicar entre 2008 y 2014 la saga completa de Los Portales de Éldonon formada por cuatro libros: La Fábrica Creátor, Los Cines Somnios, La Última Musa y La Sede de los Imaginatos. En 2012 publicó su primer libro de poemas, Amar es aquí, con Ediciones Torremozas. En 2013 quedó finalista del Premio Gran Angular con Lobo. El camino de la venganza, que fue publicada posteriormente dentro de la colección Gran Angular (Editorial SM). En diciembre de 2014 vio la luz su segundo poemario El hombre, la casa, la luz (Ediciones Torremozas). Ha participado en diferentes antologías poéticas, como Con&Versos. Poetas andaluces para el siglo XXI de Ediciones de la Isla de Siltolá.

Textauszug

•LUNES 20 DE ABRIL

 

DIARIO DE MANU

Menuda cara ha puesto Erika cuando le hemos cantado el cumpleaños feliz en clase.

El profe Ramón se ha subido a la silla para dirigirnos como a un coro de niños inspirados.

Yo he gritado tanto que parecía un pirata loco.

Carol ha empezado a mover las manos de una forma muy rara, arriba y abajo.

Dice que estaba llevando el ritmo.

Yo creo que no entiende muy bien a su profe de guitarra.

El mejor ha sido Álex.

Con diferencia.

Se ha puesto a cantar como si estuviera en la ópera, a grito pelado y con la cara rojo verbena.

Casi me muero de la risa.

A partir del «te deseamos todos...», solo podía sujetarme la barriga.

Erika estaba tan contenta que parecía fosforescente.

Eso ha sido lo mejor.

DIARIO DE ERIKA

¿Cómo se habrá enterado el profe Ramón de que había pedido regalos hechos a mano para mi cumpleaños? Cuando ha tocado el timbre del recreo, me ha llamado y me ha dado una tortuga de origami.

–Para que le haga compañía a Coliflor –me ha dicho con sus gafas verdes escurriéndose por la nariz.

A veces creo que el profe nos lee la mente. No sé cómo lo hace, pero siempre acierta. Hasta cuando parece que está concentrado en su lectura y de repente suelta:

–Álex, no tires bolitas en clase.

Y Álex se queda congelado con una mano en alto como si fuese una estatua.

Pues con la tortuga de origami ha sido igual. Me ha hecho mucha ilusión. La he puesto en la mesa del salón donde voy a poner todos los regalos de mi fiesta. Justo debajo de un racimo de globos azules del que salen tres cadenetas de papel. Me encanta tener una mesa de regalos. Así, cuando se van todos, puedo mirarlos en silencio y sentir que mi cumple dura un poquito más.

¡Huy, son las cinco menos cinco! Voy a lavarme los dientes otra vez.

 

DIARIO DE ÁLEX

Bitácora interestelar del cadete Álex de la tropa Machomán (el nombre se lo ha inventado Marcos).

La nave sigue estando tripulada solo por hombres. No hay madre a la vista. Señales telefónicas desde el otro lado de la galaxia nos informan de que Viena ha recibido con una tormenta a la mujer que ha escapado de nuestra casa en un vuelo de madrugada.

Hemos comido sopa de puerros y rábanos. Yo ya sabía lo que nos esperaba. Llevo bastantes años conociendo a mi padre.

He descubierto que el tripulante Julio, que odia las salchichas, ama las sopas de verduras. Un hermano siempre puede sorprenderte con la mayor de las traiciones.

El tripulante Marcos y yo hemos decidido aliarnos en contra del capitán (mi padre): si mañana volvemos a comer sopa, atacaremos las provisiones. Las quejas de hoy no han servido para nada.

Por lo menos, la misión «Llegar al planeta Erika» ha sido todo un éxito. La madre de Carol y la propia Carol me han recogido con el coche de camino al cumpleaños y me han ahorrado tres autobuses (ese era el plan inicial del capitán, una auténtica locura). Mi padre no conduce, pero tiene el plano de todos los transportes públicos archivado en su cabeza a la perfección. A veces da miedo. Tú dices:

–Al parque de bomberos.

Y él dice:

–Línea azul.

Cuando hemos llegado a casa de Erika y he visto la mesa llena de sándwiches de chorizo y mantequilla, he sentido que mis rodillas flaqueaban. Y allí, en el centro de todo, enorme, majestuosa, impresionante, estaba la tortilla de patatas más grande del universo.

–¡Aparta las manos, tragón! –me ha parado Carol en cuanto ha visto que iba directo hacia ese manjar suculento.

–¿Qué pasa? Me muero de hambre...

–¡Es la tarta de cumpleaños de Erika! –me ha explicado Carol.

–Es una tortilla de patatas –le he dicho yo, preocupándome bastante por su vista.

–Pues eso.

Y es que, al parecer, Erika odia las tartas. Nunca, en toda la galaxia, había viajado a un planeta en el que los cumpleaños se celebrasen sin tarta. Pero en ese momento, con el hambre que tenía, decidí que prefería cincuenta mil veces la tortilla de patatas. Solo con verla me rugían las tripas.

El rato que Erika ha tardado en soplar las velas, mi estómago ha cantado el cumpleaños feliz conmigo, a toda voz. ¡Me he puesto morado!

Yo creía que ahí se acababan las tradiciones extrañas, pero entonces el padre de Erika ha aparecido con una jarra llena de un líquido verde, verde radiactivo, verde superpoderes. Era zumo de verduras (y bastantes verduras iban ya en la sopa de mi padre). He estado a punto de hacer el firme juramento de no probarlo cuando Manu ha pronunciado la frase mágica:

–¿Qué pasa, no te atreves?

Y me he atrevido, claro. No me quedaba más remedio. Formo parte de la valiente tripulación Machomán, he viajado por infinitas galaxias. Solo tengo una debilidad: que alguien me diga que no me atrevo a hacer algo.

He cogido un vaso de plástico y le he dicho al padre de Erika con todo mi valor:

–Hasta arriba.

He mirado a Manu, sonriente con su vaso entre las manos y el bigote verde por culpa del zumo. He mirado a Carol, pero he tenido que dejar de mirarla porque se estaba aguantando la risa y me iba a contagiar. He mirado a Erika, que llevaba ya dos vasos. He mirado el zumo verde... y me lo he tomado de un solo trago.

Estaba buenísimo, tengo que confesarlo. ¿Quién me iba a decir que un zumo con acelgas iba a estar bueno? Hablaré con el tripulante Marcos de la nave Machomán; quizá consigamos convencer a mi padre de que cambie las sopas por zumos. O eso, o tendré que buscarme un cumple cada tarde.

El padre de Erika me ha dado la receta: un puñado de acelgas, un puñado de uvas, una piña y una manzana. Fresco y delicioso. Y se ha convertido en mi nueva misión.

 

DIARIO DE MANU

A Álex se le ha quedado un bigote verde.

Carol lo miraba y después me miraba a mí.

No se podía aguantar más la risa.

Ni yo tampoco.

Entonces ha llegado la hora de abrir los regalos y me he puesto nervioso.

A Erika se le nota enseguida si le gusta lo que le regalan.

O no.

Cuando no le gusta, pone la boca como si fuese a dar un beso.

Con los morros apretados.

Es solo un segundo.

Mi hermana Lucía dice que eso se llama tener un tic.

Yo digo que se llama punto débil.

Porque así no puedes decir «Qué bonito, gracias» rápidamente y quedar como un rey.

Todos saben que estás mintiendo.

 

DIARIO DE ERIKA

LISTA DE REGALOS NÚMERO 1

• Papá y mamá: un libro de futbolistas (comprado) y semillas sorpresa (ni compradas ni hechas a mano, recolectadas).

• Jaime: una caja de colores (comprada).

• Coliflor: un baile improvisado (hecho a pata).

• Carol: un diario adornado por ella, con millones de detalles (hecho a mano).

• Álex: un robot vigilante de sueños (hecho a mano, los robots son su especialidad).

• Lucía y Carmen: un cartel con margaritas de huellas (hecho a pie).

• Pez II: una pirueta y un giro mortal dentro de su pecera (hecho a aleta).

• Micaela y Sandra: una falda de rayas naranjas y blancas (comprada, idea de mi tía Adela), y un trompo (comprado, pero coloreado por ellas, así que sirve).

• Miguel: una canción (hecha a pico, pero como no acababa, mi tía ha sacado la jaula de Miguel a la terraza).

• Manu: un collar de plata con una estrellita (¿comprado?, ¿¿¿un collar???).

 

DIARIO DE ÁLEX

Mi robot vigilante de sueños quedaba espectacular entre todos los regalos. Si hasta le he pegado luces de Navidad en la tripa para que, cuando se enchufe, sirva de lámpara. Erika ha puesto una cara de que no podía creérselo.

–Es gigantesco y poderoso –me ha dicho dándome una palmadita en la espalda.

–Lo sé –le he respondido, porque es la verdad.

 

DIARIO DE CAROL

Después de ayudar a Erika a colocar todos los regalos, nos hemos ido al pasillo a jugar al pasaje del terror.

Bueno, no han venido todos. Jaime, Lucía y Micaela se han quedado en el salón charlando como si sus vidas fuesen interesantísimas. ¡Ah! Y Sandra ha dicho que no quería...

Produkt-Details

• Erscheint lt. Verlag: 8.10.2018
• Reihe/Serie: El Barco de Vapor Naranja
• Reihe/Serie: El Barco de Vapor Naranja
• Illustrationen: Lucía Serrano Guerrero
• Verlagsort: Boadilla del Monte
• Sprache: spanisch
• Themenwelt: Kinder- / Jugendbuch ► Spielen / Lernen ► Abenteuer / Spielgeschichten
• Schlagworte: Amistad • cuentos infantiles • cuentos para niños • curiosidad • Detectives • escuelas • Familia • Imaginación • Literatura de humor • Literatura de misterio • literatura infantil • misterios • optimismo • Relaciones padres-hijos • trabajo en equipo • Vida escolar
• ISBN-10: 84-675-9614-7 / 8467596147
• ISBN-13: 978-84-675-9614-4 / 9788467596144