Experiencia y habla (eBook)
272 Seiten
Herder Editorial (Verlag)
9788425440700 (ISBN)
Vincenzo Costa (San Cono, Catania, 1964) es profesor de filosofía contemporánea y de filosofía teórica en la Università degli studi del Molise, en Campobasso. Hizo su tesis doctoral sobre la teoría de la reducción fenomenológica de Husserl bajo la dirección de Giovanni Piana. Actualmente combina la actividad docente con la investigación académica, en la que estudia sobre la fenomenología de Heidegger y la relación entre fenomenología y neokantismo.
Vincenzo Costa (San Cono, Catania, 1964) es profesor de filosofía contemporánea y de filosofía teórica en la Università degli studi del Molise, en Campobasso. Hizo su tesis doctoral sobre la teoría de la reducción fenomenológica de Husserl bajo la dirección de Giovanni Piana. Actualmente combina la actividad docente con la investigación académica, en la que estudia sobre la fenomenología de Heidegger y la relación entre fenomenología y neokantismo.
Prólogo
Antes de nada es preciso presentar al público lector de este libro, Experiencia y habla, a su autor, Vincenzo Costa (San Cono, Catania, 1964). Sin un conocimiento de su tarea de investigación en fenomenología se nos podrían escapar algunos de los aspectos fundamentales que inspiran este libro. Vincenzo Costa, profesor en la Università degli studi del Molise, en Campobasso, hizo su tesis de licenciatura en Milán, con Giovanni Piana, discípulo de Enzo Paci. En la escuela de este, el estudio de manuscritos de Husserl era una tarea ineludible. Así lo hicieron Piana y Vincenzo Costa. Esa directriz de escuela suponía no dar por buenas las interpretaciones usuales, sino adentrarse en lo que ahora llamamos el nuevo Husserl. No en vano la corriente inspirada en Enzo Paci, representativa de una orientación importante de la fenomenología en Italia, estaba en relación con Antonio Banfi, que había conocido personalmente al Husserl de los años treinta.
La presencia de Vincenzo Costa en Lovaina, en contacto con los editores de Husserliana, Ulrich Melle y Rudolf Bernet, asegura un correcto posicionamiento respecto a la interpretación más actual de Husserl. También alude en su hoja de vida a contactos con Klaus Held, garantía todo ello de desenvolverse en la interpretación más sólida y fértil de la filosofía de Husserl, que trasparece en sus varias publicaciones sobre fenomenología. Junto con estas concomitancias, su contacto con la filosofía francesa, especialmente con Derrida, introduce también un matiz amplio. Hay una frase en la explicación de su currículum que orienta sobre su concepción, y que no debe pasar desapercibida. Dice Vincenzo Costa que estaría fuera de lugar considerar a la fenomenología husserliana como una filosofía de la presencia cuando la ausencia y la negación —testimonios de la no presencia— corroen, según Husserl, todo presente, debido a la estructura misma de la presencia viva, que lleva gestándose en seno el ya no presente pasado y el aún no presente futuro. Pero para Vincenzo Costa igualmente sería tan simplificador ver a Derrida —a quien traduce al italiano— como filósofo puro de la ausencia.
Pero lo que más nos interesa subrayar de Vincenzo Costa es el haber sido traductor de la obra husserliana sobre la síntesis pasiva, desde la que se subraya el papel de la sensibilidad en la vida trascendental, más allá de alguna tentación intelectualista que pudiera suscitarse desde las primeras obras de Husserl. La pertenencia, más que mera vinculación, de la sensibilidad a lo trascendental, por tanto, el rasgo trascendental de lo sensible, es algo básico y de amplias consecuencias teóricas. Eso significa, en efecto, que de la fenomenología estática hay que pasar a la genética —ámbito en el que se generan las síntesis pasivas—, que es donde se juega la aportación fundamental de la fenomenología.
El trabajo que tengo el honor de presentar se sitúa en el plano trascendental desde el que se describe esa experiencia humana. Es cierto que Experiencia y habla —traducido magníficamente del italiano Esperire e parlare (Milán, 2006), por la doctora María Lida Mollo, autora también del profundo epílogo— es fundamentalmente un libro sobre Heidegger, como reza en el subtítulo, pero con un enfoque nada usual, lo que le da un valor específico muy diferente. Ya en una primera inspección, la peculiaridad de este libro sobre Heidegger está en que, como dice su autor, ninguno de los temas habituales en la literatura sobre Heidegger aparece en él. Eso es lo que lo hace especialmente original y, desde ese rasgo peculiar, yo diría incluso que apasionante. Junto con esto, el tema fundamental, que no es otro que una filosofía del lenguaje, no es sino el lugar en que desemboca la pregunta que subyace o lleva a la respuesta heideggeriana.
No son tiempos de bonanza para los estudios sobre Heidegger, y menos a más de diez años tras la publicación original de este libro y dentro del efecto destructivo provocado por la publicación de los Cuadernos negros. Pero sería en este momento tan pueril e injusto dejar de leer a Heidegger, por el perjuicio filosófico que eso conllevaría, como opresivo, desmedido y fuera de lugar era, hace unos pocos años, confiar toda la filosofía a lo que el segundo Heidegger dijera. Hay un momento en el que Vincenzo Costa alude a los problemas de las decisiones políticas de Heidegger sin entrar en ello porque posiblemente no aporta nada al tema. La publicación de los mencionados Cuadernos, nada apacibles, no cambia esto. No voy a minimizar esa vertiente de Heidegger, mucho menos alguien que se siente muy cercano a Husserl y a la confianza de este en la capacidad racional de la humanidad para gestionar nuestro futuro —aunque no podamos disimular un tono más pesimista que optimista—, pero tampoco voy a convertir ese condenable y despreciable talante político en muro de contención que nos impida leer a Heidegger, pues eso sería radicalmente empobrecedor. Tampoco se quiere decir que debamos asumir todo lo que dice Heidegger como autoridad insuperable. Hay precisamente en este magnífico libro un momento en el que se manifiesta la falta de respuesta de Heidegger; justamente de acuerdo a su misma trayectoria. Yo lo había anunciado en otro lugar: su análisis de la experiencia humana es más estático que genético y, por eso, asume la cultura —lo que Heidegger llama la totalidad de remisiones prácticas que constituyen el mundo y marcan el significado— como algo ya dado, respecto a la cual no nos podemos ni siquiera preguntar cómo aparece.
Pero, dicho esto, vengamos al libro. Lo original de este se columbra ya en lo anunciado en la introducción: una visión absolutamente novedosa de Heidegger. En primer lugar, basta con echar una ojeada a la bibliografía para ver que las obras citadas de este van desde los primeros escritos —los Frühschriften—, siguiendo por prácticamente todas las lecciones de Friburgo y Marburgo, hasta los escritos del segundo Heidegger. La importancia de esto es que hay un tema que atraviesa la obra de Heidegger más allá de la brecha que pudo introducir la Kehre, que no es otro que el tema del ser humano, la esencia del ser humano. Por eso, hasta podríamos decir que, aunque tanto Heidegger como el autor del libro protestarían, el tema fundamental de este libro es la antropología filosófica de Heidegger, una antropología filosófica, sin embargo, vaciada de sí misma, pero que no por ello deja de ofrecer la esencia del ser humano, que es el verdadero objetivo de esa disciplina. El sentido del libro es exponer cómo se produce ese vaciamiento. Porque el autor muestra cómo Heidegger vacía la antropología filosófica, porque lleva la esencia del ser humano a un lugar tan distinto del tradicional que parece disolver incluso al ser humano. Mas una antropología vaciada de sí misma indica que la esencia del ser humano tal como la proponía la tradición filosófica o, incluso, Scheler, debía ser destruida y reconstruida en otro lugar, que puede que ya no sea el ser humano. Este es el tema del libro. Y por eso es importante visualizar las obras citadas de Heidegger, en las que el autor va descubriendo minuciosamente cómo aflora el tema de esa esencia del ser humano ubicada en otro lugar.
Vincenzo Costa no ignora la opinión de Heidegger sobre esa antropología filosófica, de la que se desmarca de modo contundente. La pregunta es, sin embargo, de qué se desmarca Heidegger. La atención que ya en 1922 dedicó el filósofo de Meßkirch al artículo de Scheler, de 1914, «Sobre la idea del ser humano», y que podría fungir como fundador de la antropología filosófica, pone las cosas en su sitio. De ahí parte todo. En efecto, la práctica de la epojé y reducción de Husserl de Ideas para una fenomenología pura, de 1913, dejaba pendiente un problema perturbador: el sujeto trascendental del que se habla en ese libro no es el ser humano. Mas si la fenomenología no habla de nuestro ser humano, tal filosofía debería resultarnos ajena y extemporánea, ya que no nos concierne personalmente.
Pero justo en esos momentos, en los que von Uexküll había revolucionado la noción de mundo, y cuando Wolfgang Köhler mostraba en Tenerife que los chimpancés pueden utilizar instrumentos, como si hubiera un uso natural de la competencia racional, se plantea la pregunta por la diferencia entre el hombre y el animal. Tal pregunta solo es filosóficamente acuciante una vez establecida una historia natural del animal humano que nos desmitifica y sumerge en la perplejidad de ser no más que un resultado oportunista de la evolución natural, y por tanto, seres absolutamente contingentes, sin ninguna excedencia ni trascendencia. A suavizar esa perplejidad viene la antropología filosófica de Scheler que entonces empieza. Con esa antropología se pone en escena una disciplina que colma el olvido perpetrado por esa filosofía trascendental, y por ello estaba llamada a sustituir a esa fenomenología que, por su propio método, nos habría olvidado.
Heidegger reacciona contra esa antropología que estudia al ser humano que, situado como los chimpancés de Köhler, estaría dotado de una característica que no aparece ni siquiera entre los antropomorfos más cercanos. Scheler, ahí, se esfuerza en mostrar que los chimpancés no usan instrumentos como el ser humano; por ello en el humano hay algo divino. La respuesta de Heidegger unos años después es muy dura: al introducir dogmáticamente lo divino, Scheler pervierte la filosofía; pero, a la vez, pervierte la teología al utilizarla al margen de la revelación. Lo que ocurre...
| Erscheint lt. Verlag | 29.10.2018 |
|---|---|
| Verlagsort | Barcelona |
| Sprache | spanisch |
| Themenwelt | Geisteswissenschaften ► Philosophie ► Sprachphilosophie |
| Geisteswissenschaften ► Religion / Theologie | |
| Schlagworte | Filosofía Contemporánea • Filosofía del Lenguaje • Heidegger • Lenguaje |
| ISBN-13 | 9788425440700 / 9788425440700 |
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