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Sendas de finitud (eBook)

Analogía y diferencia
eBook Download: EPUB
2016 | 1. Auflage
224 Seiten
Herder Editorial (Verlag)
978-84-254-3958-2 (ISBN)

Lese- und Medienproben

Sendas de finitud -  Miquel Seguró
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La metafísica solamente tiene sentido si es consciente de su finitud y su relatividad. Esta es la premisa de la que parte Miquel Seguró en este libro, que analiza la relación entre analogía, finitud y diferencia. Haciendo suyo el agotamiento que transmiten muchos de los grandes relatos especulativos, el autor reivindica la analogía como el mejor reflejo de la condición humana y su impacto en el manejo de las 'grandes preguntas'. La obra se estructura en ocho capítulos que dialogan con Platón, Tomás de Aquino, Suárez, Tillich o Jaspers, a partir de los cuales se traza un recorrido que desemboca en el reclamo de una metafísica aconfesional e intersubjetiva (hermenéutica), abierta al planteamiento de las cuestiones 'últimas'.

Miquel Seguró (1979) es licenciado en Humanidades y doctor en Filosofía. Actualmente es investigador de la Càtedra Ethos (Universitat Ramon Llull). Con anterioridad ha sido profesor y también investigador en la Facultat de Filosofia de Catalunya (URL) y las EUI Gimbernat (adscrita a la Universitat Autònoma de Barcelona). Ha realizado estancias de investigación en la UP Gregoriana (Roma), la Università La Sapienza (Roma), la Albert-Ludwigs-Universität (Friburgo) y la Universität Basel (Basilea). Sus ámbitos de estudio son la historia de las ideas, la metafísica y la fundamentación de la filosofía práctica. Ha publicado diversos artículos de investigación en revistas nacionales e internacionales, y los libros Los confines de la razón. Analogía y metafísica trascendental (2013) y Hartos de corrupción (2014, como coordinador).

Miquel Seguró (1979) es licenciado en Humanidades y doctor en Filosofía. Actualmente es investigador de la Càtedra Ethos (Universitat Ramon Llull). Con anterioridad ha sido profesor y también investigador en la Facultat de Filosofia de Catalunya (URL) y las EUI Gimbernat (adscrita a la Universitat Autònoma de Barcelona). Ha realizado estancias de investigación en la UP Gregoriana (Roma), la Università La Sapienza (Roma), la Albert-Ludwigs-Universität (Friburgo) y la Universität Basel (Basilea). Sus ámbitos de estudio son la historia de las ideas, la metafísica y la fundamentación de la filosofía práctica. Ha publicado diversos artículos de investigación en revistas nacionales e internacionales, y los libros Los confines de la razón. Analogía y metafísica trascendental (2013) y Hartos de corrupción (2014, como coordinador).

Presentación

Perplejidad. La mayoría de acontecimientos que vivimos, y casi siempre los más relevantes, suceden sin que los elijamos. Para empezar, venimos al «mundo» sin saber por qué; pertenecemos a un determinado tiempo, espacio y entorno sin haberlo decidido; nos descubrimos atravesados por una serie de condicionamientos corporales, afectivos y anímicos que nos son impuestos. Las cosas aparecen como pura contingencia, porque podrían perfectamente ser de otra manera. Y es que nada es más extraño a nosotros mismos que nosotros mismos. Vamos un paso por detrás de todo: nuestra corporalidad, nuestro deseo, nuestro anhelo, nuestra esperanza. Y aun así tenemos la sensación de que dentro del estrecho margen que «todo» esto nos deja podemos interpretar y cuestionarnos qué podemos hacer y de qué modo podemos hacerlo. Podemos darnos cuenta de que estamos, en efecto, condicionados por este «todo» y aún así creemos sentirnos, de algún modo, «libres».

Este resquicio de trascendencia inquieta, de pensamiento vivo, da pie a una multiplicidad de preguntas y cuestiones, cotidianas y existenciales, que no pocas veces nos sobrepasan. Unas cuestiones que, sin tampoco haber elegido tenerlas, debemos afrontar. Qué somos, qué es el mundo, qué significa realidad, qué sentido tiene «todo» esto... Y no como meras cuestiones teóricas, puesto que es en la simplicidad de la cotidianidad donde justamente adquieren su desnuda y radical fuerza.

La analogía es nuestro «estar», nuestro modo de afrontar nuestra existencia y, por derivación, «la» existencia. Analogía significa, literalmente, razón (-logos) que se repite o que está sobre (ana-) las cosas que divergen. Es el recurso epistemológico por el cual se establece una semejanza entre dos o más realidades diversas a partir del descubrimiento de un parecido presente en cada una de ellas que permite relacionarlas más allá (o a pesar) de sus diferencias. La analogía no es patrimonio de ninguna cosmovisión ni creencia porque funda toda cosmovisión. Y tampoco es un capítulo aparte de la «teoría» metafísica, en el peor sentido de la palabra. La analogía forma parte de nuestra cotidianidad: nos planteamos los días a partir de la semejanza que creemos encontrar con los días anteriores; nos relacionamos con las personas a partir de lugares comunes (intereses, emociones, creencias); imaginamos un viaje a partir de los datos que hemos ido recabando y que hacemos nuestros. Es decir, con la analogía vamos adaptando nuestra vida a lo conocido, estableciendo estrategias interpretativas que mitigan eso que tanto nos asusta: la diferencia.

Pongámonos en la siguiente situación: dos o más personas discuten sobre el pigmento con el cual «darán color» a una de las estancias de una casa. Para ello seguramente deban en primer lugar acordar qué tipo de cambio quieren operar, lo que comportará explicitar qué entienden por «dar color». Superado este primer escollo y acordado el sentido del cambio que quieren hacer (pongamos que ganar en luminosidad), el siguiente paso será buscar el tipo de pigmento que mejor exprese ese deseo. En ello es donde probablemente más conflictos de pareceres se sucederán. Es posible que converjan, teóricamente, en un color e imaginen que se corresponderá con lo que buscan. Así, satisfechos con la elección puede que apliquen una primera nota de pigmento para remachar la decisión. Sin embargo, y tras un primer momento de complacencia por «haber acertado» es posible que ese color luminoso lo sea menos por el juego cromático de las sombras. O un imprevisto: supongamos que el pavimento apaga en exceso su fuerza. Aquello tan acertado se convierte así en menos plausible e incluso en desaconsejado. Pronto virarán en su elección y considerarán una solución que teóricamente era menos satisfactoria pero que resulta se ajusta y asemeja más a lo que anhelan. Después de algunos rodeos sentirán que ahora sí, al fin, han dado con el color y con la intención buscada, más allá de las diferencias nominales de unos y otros. Así, lo que para uno era de un tono, para otro es de otro. Convencidos de lo óptimo de su parecer, volverán a imaginar el espacio y lo presentarán, con decisión, a un tercero. Pero la nueva perspectiva adolece de un mal «colindante» insospechado a los ojos obcecados de los electores: el color da luz al espacio, ciertamente, pero por el contexto y el juego de los elementos el espacio queda reducido, de manera que la bondad y preeminencia luminosa buscada a través de ese color hipoteca de tal modo un «bien» fundamental (la sensación de espacio) que debe pasar a un segundo plano... Y los contadores vuelven a ponerse a cero.

Esta situación, tan cotidiana como aparentemente banal, es un vivo ejemplo de la realidad analógica que es el vivir y del dinamismo intencional que nos constituye. Podemos reconocer en esta disputa algunos de los elementos característicos igualmente presentes- en tantos otros episodios de «la» vida, como puede ser la descripción de un viaje que hayamos hecho, la sensación de esfuerzo que sentimos al hacer deporte o la certeza de estar viviendo algo «irrepetible». Y es que no siempre las cosas parecen ser lo que son. O mejor, las cosas son como (a)parecen en toda su amalgama de posibilidades. Nuestra existencia es un devenir dialógico inmiscuido en este abanico de apertura de potenciales datos, de ahí que debamos compartir constantemente hasta qué punto estamos hablando de «lo mismo», o cerciorarnos de si el grado de equívoco que tenemos respecto a algunas de las posiciones fundamentales que tenemos, incluso en las cosas más evidentes y primarias, es más profundo de lo sospechado. Es decir, constatar la impronta de la polaridad de nuestro ser-en-el-mundo: la realidad y la presencia de la diferencia como telón de fondo del vivir y la relatividad de las perspectivas.

La historia de la filosofía es fiel ejemplo de esta tensión analógica. Uno toma un autor, lo lee y ve que lo que sostiene tiene mucha «razón». Luego lee a otro, su reverso, y es posible que también le parezca que la tiene. ¿Cómo puede ser? Y más aún, porque si empieza a reconstruir al primero puede que caiga en la cuenta de que las mismas críticas con las que lo desarma sirven también para el segundo. ¿Resultado? Más perplejidad: si antes ambos tenían razón, ahora parece que ambos están profundamente equivocados.

En un importante trabajo de arqueología filosófica Jean-F. Courtine1 nos traza una reconstrucción de la noción de «analogía del ser», cuya principal paternidad es atribuida generalmente a Aristóteles. En el marco de una clarificación del concepto de «filosofía primera» aristotélico al que se refiere, Courtine se hace eco de Heidegger y su análisis al respecto. Para el autor de Sein und Zeit tal filosofía primera comporta una doble caracterización: la de una ciencia del ser y la de una ciencia de lo soberano, que nacida a raíz de la polisemia de la «catolicidad» (generalidad y/o eminencia) de la consideración del ente como tal, derivará en una confusión del ser con lo divino (máximo Ente). A juicio de Courtine no es Aristóteles sino Tomás de Aquino y el paso del ens commune al ens summum y de este al esse purum el destinatario principal de la sospecha heideggeriana, de manera que cabe repensar qué es en última instancia para el Estagirita la mencionada «filosofía primera» y, por derivación, qué es la metafísica en general. Dicho de otro modo, se confunde la generalidad neutra del ser con la interpretación gradual de la realidad.

En consecuencia, se plantea Courtine si cabe encontrar en la filosofía de Aristóteles algún vestigio del concepto de «dialéctica» de Platón, puntualizando de antemano que cualquier transposición de la concepción platónica de «algo» que estuviera «detrás» de lo ente (algo así como una hiperfísica teológica, dice) supondría desconocer el sentido último del concepto aristotélico de fysis. Con ello se trataría de sortear la imprecisión de la que fueron «víctima» los comentadores griegos, pues el pensamiento aristotélico no busca ningún paso «más allá» de nada, sino una profundización en lo visible, en lo ya presente. Según Courtine sería desde esta óptica desde la que debería leerse la dialéctica aristotélica, que vendría a entenderse como un caminar «a través de» y no como un pasaje a un «más allá de». De ahí que, en segundo lugar, lo que es «primario» o «soberano» deba entenderse según Courtine como algo ligado a la manifestatividad misma del ente, a la presentatividad misma de lo que se da.

Una vez esbozado este esquema hermenéutico de tonos marcadamente fenomenológicos, procede Courtine a delimitar cómo aparece la cuestión de la «analogía» en la reflexión aristotélica. Es una cuestión muy importante porque nos ayuda a comprender qué necesidad viene a llenar la analogía. La problemática queda situada por el Estagirita dentro de un contexto semántico, acota. Es la cuestión que plantea en Categorías y que se resuelve con la tripartición de las posibilidades de relación entre el nombre y su definición esencial: sinónimas, homónimas y parónimas. Será sobre esta última que deberá buscarse lo aristotélico de la analogía del ser, ya que es ahí donde la difícil relación de diferencia y similitud se conjugará. El término paranomia deriva etimológicamente de dos vocablos griegos, ‘pará’ que significa ‘impropio’, y ‘nomos’ que significa ‘nombre’ y, como decimos, tiene como principal...

Erscheint lt. Verlag 19.9.2016
Verlagsort Barcelona
Sprache spanisch
Themenwelt Geisteswissenschaften Philosophie Allgemeines / Lexika
Geisteswissenschaften Philosophie Metaphysik / Ontologie
Schlagworte condición humana • Hermenéutica • Jaspers • Metafísica • Platón • Tomás de Aquino
ISBN-10 84-254-3958-2 / 8425439582
ISBN-13 978-84-254-3958-2 / 9788425439582
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